El propósito de la salvación en relación con la
Santidad de Dios
“No
te acerques más —le dijo Dios—. Quítate las sandalias, porque estás pisando
tierra santa”
Éxodo
3:5
I - La santidad de Dios
Dios se rebela
“Santo” pero, ¿Qué entendemos por santo:
El significado
bíblico de Hebreo kadosh es separado, otro, lo opuesto a lo que es común,
refleja a la pureza, la distinción, lo apartado, lo reservado a la consagración
santísima. En las traducciones modernas la palabra Kadosh ha sido reemplazada
por la palabra santo.
Adjetivo:Griego ἅγιος [hágios]
santo, sagrado; consagrado, puro.
Apartado de y
apartado para y de alguna manera comprendemos cuando hablamos de santificar un
objeto o persona, siendo esto mismo la separación de dicho objeto o persona
para el servicio exclusivo a la deidad.
Pero… cuando
asociamos santo a la deidad misma es donde surge el problema.
En caso la persona
u objeto a santificar es finito dentro de nuestro ámbito podríamos llegar a entenderlo, pero al referirnos a la deidad como aplicar el
concepto en nuestra finitud queremos apreciar la infinitud, dentro de lo
natural entender lo sobrenatural y dentro de nuestro concepto de
existencia temporal no solo pretendemos entender lo eterno aun cuando la deidad
es atemporal. (Judas1:25)
Al hablar de la santidad en
Dios podemos proponer dos cosas:
1 – Dios es santo “aparte” al no depender su
existencia y propósito del universo. (Génesis
1:1) (Judas1:25)
Dios es santo no
porque este apartado para… Dios es Santo porque es aparte de todo cuanto existe
el es trascendente a todo lo creado (todo cuanto existe ha sido creado por
Dios), de modo para que el hombre pueda saber algo de Dios que es inalcanzable
e inaccesible es porque Dios mismo lo permite.
La santidad de Dios
no es comparable ni depende de el universo tal lo conocemos y entendemos.
“Exalten al SEÑOR nuestro Dios;
adórenlo ante el estrado de sus pies: ¡él es santo!”
Salmos 99:5
2 – Un Dios Santo como la perfección de sus atributos.
A - Sanidad
como atributo:
La santidad de Dios
es Su cualidad absoluta y fundamental. Su pureza absoluta, inmaculada,
manifiesta Su gloria deslumbrante y eterna.
B - La
Santidad de Dios como perfección.
Dios es santo en
cada uno de sus atributos como la expresión de su perfección. (Salmo 19:7)
II – Dios manifiesta su amor al rebelarnos su
santidad
Dios se rebela así
mismo como una expresión de amor al hombre y facilita los medios a través de su
misericordia que cumple los requisitos de la justicia en Cristo para que el
hombre por medio de la gracia se le acrediten los meritos de Cristo, Dios paga
la deuda del pecado del hombre en Cristo y el hombre es responsable ante Dios
por aceptar o rechazar dicha provisión. (1 Juan 2:2)
Dios se rebela al
hombre porque quiere que el hombre lo conozca y se relacione con él;
El hombre para corresponder a la invitación debe entender “Que Dios es Santo”
Entonces para
comprender el propósito y el valor de la
salvación debemos iniciar en su santidad
El hombre lo va a conocer en la medida que
Dios lo permita, pues el hombre aunque tuviera la accesibilidad completa al
conocimiento de la deidad el hombre por su incapacidad de poder procesar dicho
conocimiento pues un ser limitado no podrá entenderlo. Deuteronomio 7.6;
Levíticos 11.44; Números 15.40.
Lo que se le
permite que conozca para que lo pueda entender y aquí que el hombre no puede
conocer todo en cuanto a Dios no porque Dios este limitado en cuanto a lo que
revela de si mismo sino en la limitación del hombre de entender y comprender
dicha revelación. (Entender es percibir el significado de algo, aunque no
se comprenda. Comprender es hacer propio lo que se entiende y actuar
congruentemente con ello)
II - El hombre ante la santidad de Dios.
Decimos que
una cosa es mejor que otra al comparar las virtudes de una contra las
deficiencias de la otra y juzgamos cual es la mejor.
Traslademos esta
situación entre el hombre y Dios, el hombre por mas apartado de Dios que se
pueda encontrar a causa del pecado en si mismo tienen el concepto de lo bueno y
lo malo refiriéndome al hombre como la humanidad, que hay personas o grupos que
han cauterizado su conciencia al punto aparente de no reconocer entre uno y otro;
como humanidad está históricamente aceptado la diferencia y
promoviéndose lo bueno, lo correcto y legal.
Aun el hombre que
en su limitado conocimiento de lo correcto e incorrecto y este tratando de
hacer lo correcto no solo moral sino
existencial trascendente, comprendiéndose criatura y reconociendo al creador y
en esa revelación se guarda… pero al ser expuesto al espejo de la perfección…
sus imperfecciones que talves no creía que existieran salen a flote, ¿cuánto
más, si antes de ser expuesto ya reconoce su condición?
Que apabullante
revelación de su pobreza, bajeza e imperfección, - ¡Soy una criatura,
no soy el centro del universo, ni su razón de ser! -
La criatura se
encuentra ante su hacedor, lo profano ante lo santo, la imperfección ante la
perfección el juicio retumba en el corazón de la criatura y la sentencia como
un reflejo… ¡culpable!
Hay un juez pero no
para esgrimir las razones y la legalidad “El hombre ante el Juez
reconoce su condición” sino, Para impartir justicia.
Conclusión el
hombre ante Dios no puede sentirse sino culpable y reo convicto y no me refiero
a los que nosotros consideramos malos, sino, a toda la humanidad, pues nada de
lo que es o haga es superior a quien lo
hizo.
Pregunto ¿Nosotros
podríamos pretender estar al mismo nivel de perfección que nuestro hacedor,
como para sentirnos seguros por nosotros mismos ante su presencia?
IIII - El propósito de la salvación es
relación de Dios Con el objeto de su amor
El propósito de
Dios al perdonar es restablecer el orden moral con la criatura y así esta puede
relacionarse con su hacedor.
En relación con el
hombre es la manifestación del amor de Dios y a la vez el medio para acercarse
a Dios.
Es una
manifestación del amor de Dios pues la santidad del hombre no es propia sino de
forma derivada una participación de la Santidad de Dios
“porque escrito está: Sed santos,
porque yo soy santo”
1 Pedro 1:16
A - La santidad de
Dios como la revelación de la perfección del creador contrastando con la
imperfección de la criatura y cuando el hombre reconoce dicha revelación,
reconoce su condición y culpabilidad pero junto con esta revelación de la
santidad de Dios también se le presenta el amor de Dios no quedándole más que
santificarse.( Isaías 6:5)
Las personas que
dicen tener una relación con Dios pero, la santidad no es parte de su
vida, se puede concluir que su relación con Dios no es genuina, pues el estar
expuesto ante la presencia de Dios solo resulta en una forma positiva en
santidad del individuo y negativa alejándose aun más. (Juan 3:20)
Si practica adulterio, chismes, robo,
mentiras, etc. no está en santidad por lo que es mentira que tenga relación con
Dios, se engaña a sí mismo y se engañan los que así creen (1 Pedro 1:16)
“pues la voluntad de Dios es vuestra santificación;
que os apartéis de fornicación”
1 Tesalonicenses 4:3
B - Como el hombre
siendo imperfecto ¿puede alcanzar cumplir la justicia de Dios para no ser
declarado culpable? (Romanos 1:19-20); (Romanos 2:15)
El hombre es el
único que puede limitar su propósito al aceptar o rechazarla y si decimos que
el hombre es responsable es que tiene conocimiento de su responsabilidad.
La humanidad
siempre implícitamente ha tenido el concepto del bien y del mal y la concepción
de la deidad como principio y razón, si bien es cierto el hombre no puede
cumplir con los estándares divinos, pero al reconocer a la deidad y “tratar” de
agradarle dentro del marco de lo correcto siendo participe de la misericordia
de Dios y ser beneficiados por medio de la gracia de Dios ¡Los méritos de
Cristo! Se le abonan y así es redimido de su imperfección accediendo
al propósito eterno que es en amor la relación con su creador.
Conocer la santidad
de Dios no es un éxtasis momentáneo, ¡es una experiencia vivencial!
Es en la persona
del unigénito Hijo de Dios, que podemos conocer la santidad de Dios… pero ¿está
usted dispuesto?
“Vengan,
pongamos las cosas en claro —dice el SEÑOR—. ¿Son sus pecados como escarlata?
¡Quedarán blancos como la nieve! ¿Son rojos como la púrpura? ¡Quedarán como la
lana! ¿Están ustedes dispuestos a obedecer? ¡Comerán lo mejor de la tierra!”
Isaías
1:18-19
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