Como andar en santidad.
Pablo,
apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a
los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean
a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Colosenses 1:1-2)
Pablo
se dirige a personas que viven en Colosas pero en esta carta no se dirige a todo el
pueblo de Colosas, sino, “a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en
Colosas”
Lo que
aquí se escribe es para “los santos y fieles en Cristo”
Donde
se deduce que no está dirigido a personas no regeneradas, pérdidas en delitos y
pecados, sino, que se refiere a la iglesia de Cristo que se encuentra en
Colosas y aplicable a nosotros hoy.
¿Por
qué redundo en este aspecto?
R/ históricamente
cuando la biblia habla de pecado dirigimos nuestra mirada “a los del mundo,
muertos espiritualmente” y en el mejor de los casos ¡se refiere al hermanito(a)!…
pero no a mi porque soy un redimido, salvo y santo”
1 – Haced morir, pues, lo terrenal en
vosotros
Pablo les
habla a los “santos y fieles” ¡Si a usted!
Andar por
fe no es solo tener paciencia y confianza en la promesas de Dios en medio de
las tribulaciones, sino también, creer en las promesas de Dios en cuanto a
nuestra regeneración para poder andar en victoria y santidad en medio de.
“Haced
morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones
desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las
cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las
cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. (Colosenses 3:5-7)”
(Romanos
6:11-14) “Así también vosotros consideraos muertos al pecado” donde la
palabra consideraos e traduce de la palabra griega logízomai además de “considerar”
también se refiere a “dar por cierto,
disponer”
Cuando
Pablo habla de que nos debemos considerar muertos, no es un pensamiento vago sino
una realidad espiritual… estamos muertos al pecado, el pecado no tiene poder
sobre nosotros y si es cierto la carne se quiere revelar, pero nos podemos
parar firmes ‘Hemos sido librados del poder del pecado para poder servir a Dios
(Romanos 6:18)
“Haced
morir” Si bien pueda ser que ya no practicamos dichos pecados, todavía hay
impulsos que nos quieren hacer retroceder… pero la buena nueva es que podemos
desarraigar dichos impulsos entendiendo, aceptando y creyendo que el pecado no
tiene poder sobre nosotros pues Dios nos ha libertado en Cristo.
“Así
también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo
Jesús, Señor nuestro.
No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo
que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros
miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros
mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como
instrumentos de justicia.
Porque
el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo
la gracia? (Romanos 6:11-14)
Cuando
Pablo nos dice “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros” “cosas por las cuales la ira de Dios viene
sobre los hijos de desobediencia” se entiende “Porque hemos muerto al pecado”
(Romanos 6:2)
Tenemos
claro que a los creyentes se nos impute la justicia de Cristo, pero esto fue posible
porque nuestra pecaminosidad se le imputaron a Cristo (Colosenses 2:14) las
consecuencias a causa de nuestro pecado Dios Padre las cargo en Cristo y su
muerte fue el pago (Romanos 3:23) por tanto el pecado ya no tiene poder sobre
nosotros
“Ya que
el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley” (1Corintios
15:56)
No
estamos bajo la Ley porque Cristo cumplió los requerimientos de la ley en
cuanto al pecado y no estamos bajo el dominio del pecado porque hemos muerto al
pecado en Cristo.
¿Entonces
porque no vivo como Cristo vivió? ¿Por qué siento atracción al pecado todavía?
Efesios
2:1 dice que él nos Dios vida cuando estábamos muertos en delitos y pecados. Lo
que debemos discernir es que clase de vida nos dio pues a la verdad estábamos vivos
y porque estábamos vivos escuchamos el evangelio… entonces debemos concluir que
se trata de otro tipo de vida y si en (Efesios 6:2) nos dice que “nos ha
sentado en lugares celestiales con Cristo” que esa vida que nos dio es
espiritual y es donde pablo (Romanos 7:19-25) se encuentra con el dilema que en
el espíritu quiere agradar a Dios, pero en la carne quiere agradar al pecado y
esto lo entendemos porque nuestro cuerpo carnal no ha sido regenerado
adquirimos en Cristo una nueva naturaleza regenerada, pero la plenitud de esta
nueva naturales será hasta que se manifieste Nuestros Señor y Salvador en su
segunda venida.
Si hay
una lucha nuestra carne se quiere revelar pero consideremos esto:
-
La consecuencia de pecar de acuerdo a la ley es la muerte… En Cristo
hemos muerto como consecuencia de nuestros pecados.
-
El poder del pecado es la ley que nos condena… En Cristo Hemos muerto, la ley no tiene poder sobre nosotros por consiguiente
el pecado no tiene poder sobre nosotros.
2 – Debemos comportarnos como quienes han
muerto al pecado
“Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira,
enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.
No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del
viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a
la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno” (Colosenses
3:8-10)
A - ¡Dejad!
Pablo
en el versículo 8 no nos está haciendo una invitación… Si alguno quisiera ¡No! Sino que de la misma manera que no
dejamos seducir por el pecado, sino que hemos muerto al pecado.
Esta
novedad de vida se debe reflejar en nuestro carácter y en la sana convivencia
tanto con los hermanos como con los de afuera.
Continua
Pablo en el verso 9, si bien estamos aun en este cuerpo carnal dado al pecado
el cristiano ha sido regenerado.
Con
una nueva naturaleza espiritual, el hombre interior espiritual y el exterior
carnal.
Pablo
nos exhorta a no complacer los deseos de la carne y podemos lograrlo porque
hemos sido librados del poder del pecado, por lo cual de la misma manera que renunciamos
al pecado y como reflejo de esa decisión que se hizo posible por la fe-
Nos
despojamos, renunciamos a las practicas pecaminosas las damos por viejas.
– Cuando el vestido esta viejo y ya no nos
queda, lo desechamos nos lo quitamos con la finalidad de ponernos uno nuevo –
No
podemos pretender que somos nuevas criaturas viviendo con nuestro viejo ropaje
del pecado.
B – Andar en novedad de vida
“y
revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va
renovando hasta el conocimiento pleno” (Colosenses 3:8-10)
La
idea de despojarnos del viejo hombre no es para volvernos a vestir con lo mismo
con sus mañas.
Por el
contrario nos desvestimos del viejo hombre para vestirnos del nuevo y esto de
nuevo hombre como dice (2 corintios 5:17) “nueva criatura” (1 de Juan 3:2) el apóstol Juan nos motiva a
seguir adelante en la fe teniendo por hecho que ya somos hijos de Dios y aunque
aún no se ha manifestado nuestra naturaleza como hijos de Dios y esto será cuando
Cristo se manifieste… somos hijos de Dios y como nueva criaturas nuestro
conocimiento en cuanto a nuestro padre debe crecer, no solo en conocimiento,
sino también desde ya relacionándonos con él y andar como el anduvo.
El cristiano
podríamos decir que no es un producto terminado, como si está completamente
terminada y asegurada nuestra redención en Cristo,
Si
realmente podemos vivir las promesas de nuestra redención, no deberíamos andar
conforme a nuestra vieja naturaleza y aunque la carne se quiera revelar en (1
corintios 10:13) nos consuela las palabras de Pablo en cuanto al cuidado fiel
de nuestro Dios en medio de nuestras tribulaciones,
El
nuevo creyente es un niño espiritual, necesitado de cuidados y alimentación,
pero también hay creyentes que todavía son niños espirituales aun cuando tienen
años en los caminos.
Se
acuerdan que inicie diciendo que lo que se escribió, se escribió para “los
santos y fieles en Cristo”
¡Para
nosotros se escribió! Somos redimidos… Sí.
Somos
Pueblo de Dios, hijos de Dios… Sí.
Conclusión:
Si
usted respondió conmigo que ¡Sí!
Debemos
despojarnos de todo lo que nos identifique con el viejo hombre y vestirnos de
esa naturaleza que nos fue entregada en el momento en que aceptamos a Cristo
como nuestro único y suficiente Señor y Salvador.
No
podemos hoy ser el creyente que fuimos ayer, mañana no podemos ser los mismos
creyentes que somos hoy.
-
Nos despojamos del viejo hombre al hacer morir, pues, lo terrenal en
nosotros.
-
Nos vestimos del nuevo hombre cuando andamos como el anduvo…” conforme a
la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno”.
“y revestido del nuevo, el cual conforme a
la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno” (Colosenses
3:8-10)
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