sábado, 23 de mayo de 2020

El propósito de la salvación en relación con la Santidad de Dios


El propósito de la salvación en relación con la Santidad de Dios



“No te acerques más —le dijo Dios—. Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa”
Éxodo 3:5

I - La santidad de Dios

Dios se rebela “Santo”  pero, ¿Qué entendemos por santo:
El significado bíblico de Hebreo kadosh es separado, otro, lo opuesto a lo que es común, refleja a la pureza, la distinción, lo apartado, lo reservado a la consagración santísima. En las traducciones modernas la palabra Kadosh ha sido reemplazada por la palabra santo.
Adjetivo:Griego ἅγιος [hágios] santo, sagrado; consagrado, puro.
 Apartado de y apartado para y de alguna manera comprendemos cuando hablamos de santificar un objeto o persona, siendo esto mismo la separación de dicho objeto o persona para el servicio exclusivo a la deidad.

Pero… cuando asociamos santo a la deidad misma es donde surge el problema.
En caso la persona u objeto a santificar es finito dentro de nuestro ámbito  podríamos llegar a entenderlo, pero al referirnos a la deidad como aplicar el concepto en nuestra finitud queremos apreciar la infinitud, dentro de lo natural entender lo sobrenatural y dentro de nuestro  concepto de existencia temporal no solo pretendemos entender lo eterno aun cuando la deidad es atemporal. (Judas1:25)



Al hablar  de la santidad en Dios  podemos proponer dos cosas:

1 – Dios es santo “aparte” al no depender su existencia y propósito del universo. (Génesis 1:1)  (Judas1:25)

Dios es santo no porque este apartado para… Dios es Santo porque es aparte de todo cuanto existe el es trascendente a todo lo creado (todo cuanto existe ha sido creado por Dios), de modo para que el hombre pueda saber algo de Dios que es inalcanzable e inaccesible es porque Dios mismo lo permite.
La santidad de Dios no es comparable ni depende de el universo tal lo conocemos y entendemos.

“Exalten al SEÑOR nuestro Dios; adórenlo ante el estrado de sus pies: ¡él es santo!”
Salmos 99:5

2 – Un Dios Santo como la perfección de sus atributos.

A - Sanidad como atributo:
La santidad de Dios es Su cualidad absoluta y fundamental. Su pureza absoluta, inmaculada, manifiesta Su gloria deslumbrante y eterna.

B - La Santidad de Dios como perfección.

Dios es santo en cada uno de sus atributos como la expresión de su perfección. (Salmo 19:7)


II – Dios manifiesta su amor al rebelarnos su santidad

Dios se rebela así mismo como una expresión de amor al hombre y facilita los medios a través de su misericordia que cumple los requisitos de la justicia en Cristo para que el hombre por medio de la gracia se le acrediten los meritos de Cristo, Dios paga la deuda del pecado del hombre en Cristo y el hombre es responsable ante Dios por aceptar o rechazar dicha provisión. (1 Juan 2:2) 

Dios se rebela al hombre  porque quiere que el hombre lo conozca y se relacione con él; El hombre para corresponder a la invitación debe entender “Que Dios es Santo”

Entonces para comprender el propósito y el valor  de la salvación  debemos iniciar en su santidad

 El hombre lo va a conocer en la medida que Dios lo permita, pues el hombre aunque tuviera la accesibilidad completa al conocimiento de la deidad el hombre por su incapacidad de poder procesar dicho conocimiento pues un ser limitado no podrá entenderlo. Deuteronomio 7.6; Levíticos 11.44; Números 15.40.

Lo que se le permite que conozca para que lo pueda entender y aquí que el hombre no puede conocer todo en cuanto a Dios no porque Dios este limitado en cuanto a lo que revela de si mismo sino en la limitación del hombre de entender y comprender dicha revelación. (Entender es percibir el significado de algo, aunque no se comprenda. Comprender es hacer propio lo que se entiende y actuar congruentemente con ello)


II - El hombre ante la santidad de Dios.

 Decimos que una cosa es mejor que otra al comparar las virtudes de una contra las deficiencias de la otra y juzgamos cual es la mejor.

Traslademos esta situación entre el hombre y Dios, el hombre por mas apartado de Dios que se pueda encontrar a causa del pecado en si mismo tienen el concepto de lo bueno y lo malo refiriéndome al hombre como la humanidad, que hay personas o grupos que han cauterizado su conciencia al punto  aparente de no reconocer entre uno y otro; como  humanidad está históricamente aceptado la diferencia y promoviéndose lo bueno, lo correcto y legal.

Aun el hombre que en su limitado conocimiento de lo correcto e incorrecto y este tratando de hacer lo correcto no solo  moral sino existencial trascendente, comprendiéndose criatura y reconociendo al creador y en esa revelación se guarda… pero al ser expuesto al espejo de la perfección… sus imperfecciones que talves no creía que existieran salen a flote, ¿cuánto más, si antes de ser expuesto ya  reconoce su condición?

Que apabullante revelación de su pobreza, bajeza e imperfección,  - ¡Soy una criatura, no soy el centro del universo, ni su razón de ser!  -

La criatura se encuentra ante su hacedor, lo profano ante lo santo, la imperfección ante la perfección el juicio retumba en el corazón de la criatura y la sentencia como un reflejo… ¡culpable!
Hay un juez pero no para esgrimir las razones y la legalidad  “El hombre ante el Juez reconoce su condición” sino, Para impartir justicia.

Conclusión el hombre ante Dios no puede sentirse sino culpable y reo convicto y no me refiero a los que nosotros consideramos malos, sino, a toda la humanidad, pues nada de lo que es o haga  es superior a quien lo hizo.
Pregunto ¿Nosotros podríamos pretender estar al mismo nivel de perfección que nuestro hacedor, como para sentirnos seguros por nosotros mismos ante su presencia?


IIII -  El propósito de la salvación es relación de Dios Con el objeto de su amor

El propósito de Dios al perdonar es restablecer el orden moral con la criatura y así esta puede relacionarse con su hacedor.
En relación con el hombre es la manifestación del amor de Dios y a la vez el medio para acercarse a Dios.

Es una manifestación del amor de Dios pues la santidad del hombre no es propia sino de forma derivada una participación de la Santidad de Dios

“porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”
1 Pedro 1:16

A - La santidad de Dios como la revelación de la perfección del creador contrastando con la imperfección de la criatura y cuando el hombre reconoce dicha revelación, reconoce su condición y culpabilidad pero junto con esta revelación de la santidad de Dios también se le presenta el amor de Dios no quedándole más que santificarse.( Isaías 6:5)
                                               

Las personas que dicen tener una relación con Dios pero, la santidad no es parte de su vida, se puede concluir que su relación con Dios no es genuina, pues el estar expuesto ante la presencia de Dios solo resulta en una forma positiva en santidad del individuo y negativa alejándose aun más. (Juan 3:20)

Si practica adulterio, chismes, robo, mentiras, etc. no está en santidad por lo que es mentira que tenga relación con Dios, se engaña a sí mismo y se engañan los que así creen (1 Pedro 1:16)

“pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación”

1 Tesalonicenses 4:3


B - Como el hombre siendo imperfecto ¿puede alcanzar cumplir la justicia de Dios para no ser declarado culpable? (Romanos 1:19-20); (Romanos 2:15)
                                              
                                                             
El hombre es el único que puede limitar su propósito al aceptar o rechazarla y si decimos que el hombre es responsable es que tiene conocimiento de su responsabilidad.

La humanidad siempre implícitamente ha tenido el concepto del bien y del mal y la concepción de la deidad como principio y razón, si bien es cierto el hombre no puede cumplir con los estándares divinos, pero al reconocer a la deidad y “tratar” de agradarle dentro del marco de lo correcto siendo participe de la misericordia de Dios y ser beneficiados por medio de la gracia de Dios ¡Los méritos de Cristo! Se le abonan y así es redimido de su imperfección  accediendo al propósito eterno que es en amor la relación con su creador.

Conocer la santidad de Dios no es un éxtasis momentáneo, ¡es una experiencia vivencial!

Es en la persona del unigénito Hijo de Dios, que podemos conocer la santidad de Dios… pero ¿está usted dispuesto?

“Vengan, pongamos las cosas en claro —dice el SEÑOR—. ¿Son sus pecados como escarlata? ¡Quedarán blancos como la nieve! ¿Son rojos como la púrpura? ¡Quedarán como la lana! ¿Están ustedes dispuestos a obedecer? ¡Comerán lo mejor de la tierra!”
Isaías 1:18-19

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