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viernes, 25 de octubre de 2019

LA IMPORTANCIA LA ORACIÓN.


LA IMPORTANCIA LA ORACIÓN.





Porque el cristiano ha de considerar importante orar.

Nuestra voluntad está subordinada al conocimiento que tengamos sobre el asunto en lo que debamos tomar una decisión.

 Entonces para que tomemos la decisión o no en cuanto a la oración debemos de discernir él porque debemos orar ¿porque es importante la oración en el cristiano?

En el sexto capítulo de Efesios, en el versículo 18, leemos palabras que ponen una enorme importancia en la oración con una fuerza abrumadora: "orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos".

Cuando nos detenemos a evaluar el peso del significado de estas palabras y notamos la conexión que tienen, la conclusión a le que podemos llegar es: "Debo orar, orar, orar. Debo poner toda mi energía y todo mi corazón en la oración. Independientemente de lo que haga además de orar debo orar”
 
Pero…


I - ¿Por qué es importante orar?



1 - ¿Por qué es importante orar?
R/ Porque hay un diablo.
El contexto de Efesios 6:18 me declara contra quien es realmente nuestra lucha.


2 - ¿Por qué es importante orar?
R/ Es el medio por el cual presentamos nuestras peticiones.
La falta en ver en nuestras vidas, familias y ministerios  nuestras necesidades solventadas a menudo es por la falta de oración.
1Juan 5:15  Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.

3 - ¿Por qué es importante orar?
R/ Es el medio que Dios ha señalado para recibir ayuda en tiempos de necesidad.
“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” Hebreos 4:16 

4 - ¿Por qué es importante orar?
R/La oración en el nombre de Jesucristo es la que él ha señalado a sus discípulos para obtener plenitud de gozo.
“Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.” Juan 16:24 
“Me mostrarás la senda de la vida;
 En tu presencia hay plenitud de gozo;
 Delicias a tu diestra para siempre.” Salmo 16:11 

 
II - Como orar
 
11.2-13 Estos versículos enfocan tres aspectos de la oración:

1 - Su contenido (11.2-4)

Padre (griego: pater)  nuestro que estás en los cielos, santificado (griego: hagiastheto – sagrado) sea tu nombre. 
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.  Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. (griego: peirasmon– prueba, juicio).

2 Y les dijo: Cuando orareis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos; sea tu nombre santificado Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

3 El pan nuestro de cada día, danos lo hoy. 4Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos á todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del malo 11.1-4 Note el orden en esta oración. Primero, Jesús alaba a Dios; luego, presenta sus peticiones. Alabar primero a Dios nos ubica en el marco adecuado para pedir por nuestras necesidades. Por lo general, nuestras necesidades se parecen a una lista de compras antes que a un diálogo con Dios.
 
A – “Padre” (griego: pater) (v. 2). En el lenguaje de Jesús, la palabra para padre es abba, pero Lucas usa la palabra griega, pater. Ambas palabras se alejan de la norma judía en cuanto al trato del nombre de Dios. El nombre hebreo para Dios es YHWH o Yahweh. El pueblo judío está tan preocupado con la posibilidad de profanar el nombre de Dios que, en vez, utilizan la palabra adoni, que significa “mi Señor” (Lockyer, 427).

B – “Sea tu nombre santificado (griego: hagiastheto – sagrado)”
(v. 2). Uno de los diez mandamientos prohíbe usar el nombre de Dios en vano (Éxodo 20:7). La ley del Tora prohíbe jurar falsamente con el nombre de Dios (Lev. 19:12) o profanar el nombre sagrado de Dios (Lev. 21:6; 22:2; 22:32). Los Salmos mencionan el nombre sagrado de Dios (30:4; 33:21; 97:12; 103:1; etcétera) – el gran y maravilloso nombre de Dios (99:3) – exaltando el nombre de Dios (138:2) – y bendiciendo el nombre sagrado de Dios (145:1, 21).

C – “Venga tu reino” (v. 2). Esta petición está unida a “sea tu nombre santificado.” El reino de Dios es el lugar donde el nombre de Dios permanece sagrado y donde es venerado. Cuando dejamos que Dios sea rey en nuestras vidas, veneramos su nombre y permanece sagrado.

D – “El pan nuestro de cada día, danos lo hoy” (v. 3). Jesús les enseña a los discípulos acerca de la oración y les recuerda de la relación apropiada con Dios. La petición para el pan de cada día recuerda al maná, que Dios daba a diario y que no se podía guardar excepto el sábado (Éxodo 16). El maná les recordaba a los israelitas de su dependencia diaria en Dios para proveerles con las necesidades básicas de la vida.
E – “Y perdónanos nuestros pecados” (4ª). En Mateo, Jesús les enseña a los discípulos a orar, “Y perdónanos nuestras deudas” (griego: opheilemata) (Mateo 6:12). En Lucas, Jesús les enseña a los discípulos a rezar, “Y perdónanos nuestros pecados” (griego: hamartias). Jesús habla de “pecados” para explicar las maneras en que ofendemos a Dios, pero usa “deudas” para explicar las ofensas que experimentamos en relación a los demás (v. 4b).

F – “Porque también nosotros perdonamos á todos los que nos deben” (griego: opheilonti) (v. 4b). El pueblo judío conoce el tema de perdonar deudas. Mientras que la ley prescribe “ojo por ojo” (Éxodo 21:23-24; Lev. 24:19-20), también requiere el perdón de las deudas en años sabatinos y de júbilo (Lev. 25:23-28; Deuteronomio 15:1-5).

G – “Mas líbranos del malo” (v. 4c). Jesús experimentó la tentación en el desierto (4:1-13). En otro momento de juicio, Jesús rezará, “Padre, si quieres, pasa este vaso de mí; empero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (22:42) – pero el vaso no pasará. Frecuentemente, cristianos pasan por tribulaciones. Al escribir este Evangelio, la iglesia de Lucas se encuentra bajo persecución. Hoy, cristianos son perseguidos y martirizados por su fe en muchas partes del mundo. Haríamos bien en rezar para que Dios dejara pasar nuestro vaso.
 
 
2 - Nuestra persistencia Lucas (11.5-10)

5Díjoles también: ¿Quién de vosotros tendrá un amigo, é irá á él á media noche, y le dirá: Amigo, préstame tres panes, 6Porque un amigo mío ha venido á mí de camino, y no tengo que ponerle delante; 7Y el de dentro respondiendo, dijere: No me seas molesto; la puerta está ya cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y darte? 8Os digo, que aunque no se levante á darle por ser su amigo, cierto por su (griego: autou) importunidad (griego: anaideian) se levantará, y le dará todo lo que habrá menester.
 
A – “No me seas molesto” (v. 7). Cualquier padre puede comprender la aversión del vecino. ¿Quién sabe cuánto tiempo llevará calmar a los niños para que se duerman de nuevo después de ser despertados? Sin embargo, las expectativas sociales son tan fuertes que la preocupación de este hombre sobre sus hijos parece trivial en comparación (Nolland).

B – “Por su importunidad (griego: ten anaideian autou – la persistencia de él). La interpretación de este pasaje depende de estas palabras – ten anaideian autou. Hay dos cuestiones aquí: Primero, ¿qué significa anaideian? Segundo, ¿a quién se refiere autou – al dueño o al vecino?
• Ken Bailey dice que anaideian tenía dos significados entre cristianos – la falta de vergüenza y la insistencia. Sin embargo, en la versión griega LXX del Antiguo Testamento tanto como en literatura griega secular, solo tenía un significado – la falta de vergüenza.
• El hecho de que esta parábola es seguida por el pasaje de “Pedid… buscad… y llamad” (vv. 9-13) favorece la interpretación que la falta de vergüenza del dueño al pedir ayuda es lo que salva el día. “Pedid… buscad… y llamad” suena como alentar a insistir.
 
3 - La fidelidad de Dios (11.11-13).
9Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y os será abierto.10Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se abre.11¿Y cuál padre de vosotros, si su hijo le pidiere pan, le dará una piedra?, ó, si pescado, ¿en lugar de pescado, le dará una serpiente? 12O, si le pidiere un huevo, ¿le dará un escorpión? 13Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas á vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo á los que lo pidieren de él?
“Pedid… buscad… y llamad” (v. 9). Los verbos están en el presente, lo cual sugiere una acción continua de pedir, buscar, y llamar.
“Porque todo aquel que pide, recibe” (v. 10). Jesús parece sugerir que Dios aprobará personalmente cada pedido, pero nuestra experiencia sugiere otra cosa. Además, Jesús rezó una oración que quedó sin contestar (22:42). Recuerde que Jesús nos ha enseñado a dirigirnos a Dios como Padre. Un Padre cariñoso escucha al niño, pero no acepta ciegamente cada pedido. El hacerlo complacería al niño de forma inmediata, pero esto crearía problemas a la larga. En vez, el Padre cariñoso provee lo necesario, incluyendo límites y disciplina. La referencia al Espíritu Santo en v. 13 pone un énfasis espiritual sobre pedir y recibir.
“¿Y cuál padre de vosotros?” (v. 11). De nuevo, el movimiento va de menor a mayor. Si padres terrenales responden favorablemente a los pedidos de sus hijos, podemos esperar que el Padre celestial responda de una manera aún más favorable.
“¿Cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo á los que lo pidieren de él?”(v. 13). Mateo 7:11 presenta a Jesús prometiendo cosas buenas a los que las piden. Lucas presenta a Jesús prometiendo el Espíritu Santo.
Por supuesto, la persona que pide pan puede preferir el pan al Espíritu Santo. El entendimiento de nuestras necesidades es a menudo superficial. El Dios que nos creó conoce nuestros límites y provee lo necesario. Esto incluye ambos el Espíritu Santo y nuestro pan de cada día.
 
III - Bendiciones de la oración.
 
La historia de la Iglesia ha siempre sido una historia de dificultades serias por superar.
La Oración en el medio por el cual Dios se glorifica.

A – Gozo.
Juan 16:24
Salmos 16:11

B – Libertad de la ansiedad.
Filipenses 4:6-7

C – para obtener el poder y dirección en medio de las pruebas y circunstancias.
Lucas 11:13
Mateo 7:11
Hechos 4:31

D – Crecimiento espiritual
-           El pecado es traído a la luz. Salmos 139:23-24
-           Dios perdona. Salmos 51:2
-           Sabiduría.  Santiago 1:5

E – La oración trae poder y provisión a nuestras vidas.
-           Lucas 11: 13
-           Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que lo pidieren de él?

F – trae la conversión de otros.
Hechos 2:42-47
1 Timoteo 2:3-4.

G - Trae bendición a la iglesia.
Salmos 119:126  Tiempo es de actuar, oh Jehová,
 Porque han invalidado tu ley.


“El Señor puede obrar por juicios que derriban las fortalezas del enemigo o por avivamientos que construyen los muros de su propia Jerusalén” (Spurgeon).

El demonio odia a la Iglesia y busca por todos los medios detener su progreso; por doctrina falsa ahora, por división como consecuencia, por corrupción de la vida interna. Pero a través de la oración puede abrirse un camino puro a través de todo. La oración desarraigará la herejía, aliviará el desentendimiento, alejará los celos y rencores, arrasará con las inmoralidades y traerá la marea completa de la gracia resucitada de Dios.
 
IV – Jesús y la oración

 1 - La oración ocupo un lugar destacado en la vida terrenal de nuestro Señor Jesucristo.
“Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.” Marcos 1:35  
“En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios.”
                                                                                                              Lucas 6:12
2 - ¡Orar es la parte más importante del actual ministerio de Nuestro Señor Resucitado!
 – “Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.” Hebreos 7:25 
 
Conclusión:
Para el cristiano practicar la oración no solo ha de ser de suma importancia , sino, un anhelo profundo del alma de relacionarse con su padre celestial
I – “Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.” Hebreos 7:25 

II - “Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos” Hebreos 2:11

III - Sal 40:17  Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí.
 Mi ayuda y mi libertador eres tú;  Dios mío, no te tardes.


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