sábado, 20 de marzo de 2021

Cansancio en el ministerio.

 

Cansancio en el ministerio.

 


“Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza” Efesios 17-19

 

 

Tuve la oportuna y agradable experiencia de toparme con un libro el mismo trata de homotética y fue escrito por el doctor Bruce Mawhinney el título del libro es “Predicando con Frescura”  aunque su ideal de ministerio al que refiere el autor y las motivaciones para alcanzarlo pueden ser aplicables a cada ministerio en la iglesia del Señor Hoy.


Con esto no pretendo que se tome el libro como una ¡pócima! De crecimiento ni nada por el estilo, sino que el autor invita al siervo de Dios, individualmente a renovarse en el ministerio y esta renovación… si…  influirá en el crecimiento espiritual personal y así alcanzar al prójimo.

Porque no es cambiando a nuevas técnicas o migrar a nuevos lugares geográficos o de pensamiento.

No hay que ir tras de maestros que lo único que lograron es que renovaron su ministerio con una frescura que alcanzo a otros, pero por ir a enseñar lo que era solo de ellos  a otros, tanto ellos como quienes se juntaron para imitarle continuaron en ese cansancio ministerial que lejos de motivar los sumió en la indolencia al no poder emular dichos acontecimientos en sus vidas y congregaciones y por que no su comunidad.


Es que es en nuestro entorno y de nuestro entorno, donde esta la materia prima para ejecutar un ministerio con frescura.

Primero la biblia: el estudio, meditación y práctica.

Segundo la oración: como práctica y en concordancia de la enseñanza bíblica.

Tercero nuestro Jerusalén: Donde y con quien nos relacionamos, no debemos buscar en otras fuentes.


 Es triste observar como el cansancio ministerial a influido las nuevas generaciones han crecido en el conformismo espiritual, en carnalidad en desprecio de cuál sea la voluntad de Dios por desconocimiento al no estar bien instruidos.

Entonces oímos en contraposición a lo que la Palabra enseña “No estoy de acuerdo” y “a mí no me parece” relegando el consejo bíblico a simples ideales inalcanzables; Cuando más bien el entendimiento ha de ser moldeado por el consejo bíblico (Romanos 12:2).


Hoy la palabra no es el tema principal en el culto como si lo es la música o las artes o peor aún los motivadores en lugar de predicadores y maestros.


El apóstol Pablo nos dice que en las santas escrituras las experiencias del pueblo se registraron para nuestra enseñanza (Romanos 15:4). Dios a través de los profetas Oseas nos exhorta a tener cuidado de no desechar el conocimiento (Oseas 4:6), les falto conocimiento  (Ley) no  porque no la tuvieran, sino, porque la desecharon, hoy a pesar de la advertencia mucho pueblo no tiene un sano conocimiento de Dios por desconocimiento de su palabra.


Los ministerios se marchitan porque damos por sentado todo, nos apoyamos en nuestra experiencia en lugar de buscar la dirección del Espíritu Santo cuyas fuentes son el estudio y meditación de su bendita palabra y la oración para sintonizar nuestro corazón a los propósitos del Señor de la iglesia. Todo esto en la realidad actual del lugar y al ministerio al que hemos sido llamados


La biblia debe volver a los pulpitos corazón de la congragación y así sean impregnados de su rica sabia nuestros corazones.

 

 

“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”  Josué 1:8

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