Orando en
toda Circunstancia
Santiago 5:13-18 “¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga
oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. 14 ¿Está alguno enfermo entre
vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con
aceite en el nombre del Señor. 15 Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor
lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. 16 Confesaos
vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados.
La oración eficaz del justo puede mucho. 17 Elías era hombre sujeto a pasiones
semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no
llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. 18 Y otra vez oró, y el
cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto”.
A veces los cristianos pueden pensar que se necesita hacer grandes cosas para
poder tratar con las aflicciones, problemas y necesidades que vienen a nuestra
vida. Cuando lo que realmente necesitamos es la sencillez del evangelio. Yo
diría que uno de los males que padece la Iglesia de Cristo del siglo 21 es su
falta de fe que Dios ha instituido en su Palabra.
Ahora bien, Santiago está a punto de terminar su epístola y como es costumbre
él dedica tiempo para darnos algunas directrices con respecto a la oración. El
tema de la sección es la oración. ¿Cómo lo sabemos? Lo sabemos porque esta se
repite en todos los versículos, sea la palabra oración o el verbo orar. Así que
Santiago desea enfatizar la importancia de la oración en la vida nuestra. Y se
levanta la pregunta,
¿Qué nos quiere
enseñar Santiago respecto a la oración?
I. Que debemos
orar en toda circunstancia
v Debemos orar en primer lugar, cuando estemos
afligidos, V. 13a “¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga
oración.
La palabra afligido en el original griego es una palabra genérica para referirse a toda clase de aflicción y pruebas. ¿Qué debemos hacer si somos visitados por diversas aflicciones de cualquier tipo? Santiago nos dice: “Haga oración”. Así de sencillo. En medio de las aflicciones que vienen a nuestra vida Dios nos llama a que le busquemos por medio de la oración. No necesariamente para ser liberados de la aflicción sino también para que Dios nos fortalezca y podamos resistir con fidelidad.
La palabra afligido en el original griego es una palabra genérica para referirse a toda clase de aflicción y pruebas. ¿Qué debemos hacer si somos visitados por diversas aflicciones de cualquier tipo? Santiago nos dice: “Haga oración”. Así de sencillo. En medio de las aflicciones que vienen a nuestra vida Dios nos llama a que le busquemos por medio de la oración. No necesariamente para ser liberados de la aflicción sino también para que Dios nos fortalezca y podamos resistir con fidelidad.
v Debemos orar, en segundo lugar, cuanto estemos
alegres. V.13b “¿Está alguno alegre? Cante
alabanzas.”
La palabra alegre connota la idea de alegría de corazón, de espíritu, que uno puede tener cuando las cosas estén bien pero también cuando las cosas estén mal. Es decir, debemos reconocer que Dios es quien nos ha bendecido y por tanto adorémosle cantándole himnos de alabanza. Dios es el Señor de tu vida y de todo lo que te sucede. Por tanto, adora a Dios por medio de la música. Así de simple. Y aunque cantar no es lo mismo que orar, la Biblia nos enseña que están íntimamente relacionados. Y algunos himnos son oraciones a Dios. ¿No es una oración el himno que dice: “Haz lo que quieras de mí Señor, Tú el alfarero yo el barro soy, dócil y humilde anhelo ser, cúmplase siempre en mí tu querer”?
La palabra alegre connota la idea de alegría de corazón, de espíritu, que uno puede tener cuando las cosas estén bien pero también cuando las cosas estén mal. Es decir, debemos reconocer que Dios es quien nos ha bendecido y por tanto adorémosle cantándole himnos de alabanza. Dios es el Señor de tu vida y de todo lo que te sucede. Por tanto, adora a Dios por medio de la música. Así de simple. Y aunque cantar no es lo mismo que orar, la Biblia nos enseña que están íntimamente relacionados. Y algunos himnos son oraciones a Dios. ¿No es una oración el himno que dice: “Haz lo que quieras de mí Señor, Tú el alfarero yo el barro soy, dócil y humilde anhelo ser, cúmplase siempre en mí tu querer”?
v Debemos orar, en tercer lugar, cuando estemos enfermos.
Y no solo eso. Cuando estemos enfermos tenemos que llamar a los hermanos de la iglesia, a los ancianos de la
iglesia. V. 14 “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los
ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del
Señor.”
Dios no nos
permite usar bolas de cristal para saber quién está enfermo o no. Contamos con
su ayuda. Mira cómo Santiago lo pone: “¿Está alguno enfermo entre
vosotros? Llame”. Fíjate que no dice: llamen, en plural, sino “llame”.
¿Quién? El mismo enfermo.
Cuando estemos enfermos tenemos que llamar a los
presbíteros de la iglesia, a los ancianos, para que oren por él. Y Santiago
dice más: “y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.”
¿Qué significa esto? ¿Significa que cada vez que vayamos a visitar a un enfermo
tenemos la obligación de ungirle con aceite? La respuesta es, no
necesariamente. En aquellos tiempos el aceite de oliva tenía un valor
medicinal. La ciencia médica de aquella época recomendaba el uso del aceite de
oliva como la mejor medicina para sanar todo tipo de dolencias. Pero sabemos
por la misma Escritura que no todas las oraciones para sanidad requerían el
ungir con aceite al enfermo. Veamos algunos ejemplos. A veces la sanidad vino
por medio de la palabra solamente: Hechos 9:34 “Y le dijo Pedro: Eneas,
Jesucristo te sana; levántate, y haz tu cama. Y en seguida se levantó.” En
otras, al tomarle por la mano: Hechos 3:6-7 “Mas Pedro dijo: No tengo
plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret,
levántate y anda. 7 Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se
le afirmaron los pies y tobillos”. En otras, echarse sobre la
persona, Hechos 20:9-10 “y un joven llamado Eutico, que estaba sentado
en la ventana, rendido de un sueño profundo, por cuanto Pablo disertaba
largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado
muerto. 10 Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No
os alarméis, pues está vivo.” Y en otras, ungiendo con aceite a la
persona, Marcos 6:13 “Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con
aceite a muchos enfermos, y los sanaban”. ¿Qué podemos decir al
respecto? ¿Es necesario ungir con aceite a la persona toda vez que oremos por
sanidad? No, no es necesario. ¿Podemos hacerlo? Podemos hacerlo, creo. Pero el
énfasis del pasaje no es la unción con aceite sino el poder de la oración en el
nombre del Señor.
¿Qué nos quiere
enseñar Santiago respecto a la oración?
II. Que la
oración debe tener ciertos requisitos
v El primer requisito de la oración lo es la fe.
No es el aceite lo que hace la
diferencia sino la oración con fe. V. 15a “Y la oración de fe salvará
al enfermo, y el Señor lo levantará.
No es orar por orar lo que hace que el enfermo se salve o se sane. Es la misma palabra, pero el contexto terminará si se refiere a salvación o a sanidad del cuerpo. No es orar por orar sino orar con fe lo que hace la diferencia. Es creer con todo el corazón que Dios tiene el poder para sanar a una persona. Que Él tiene el poder de levantarlo de la cama ya que no hay nada difícil para Dios. Siempre teniendo presente que Dios es soberano al sanar. Él puede sanar si a Él le place. O puede no hacerlo. Es su prerrogativa.
No es orar por orar lo que hace que el enfermo se salve o se sane. Es la misma palabra, pero el contexto terminará si se refiere a salvación o a sanidad del cuerpo. No es orar por orar sino orar con fe lo que hace la diferencia. Es creer con todo el corazón que Dios tiene el poder para sanar a una persona. Que Él tiene el poder de levantarlo de la cama ya que no hay nada difícil para Dios. Siempre teniendo presente que Dios es soberano al sanar. Él puede sanar si a Él le place. O puede no hacerlo. Es su prerrogativa.
v El segundo requisito es autoexamen.
V. 15b “y si hubiere cometido pecados, le serán
perdonados.”
¿Qué significa eso? Significa que muchos de nuestras enfermedades son causadas por nuestros pecados. No todas nuestras enfermedades son causadas por el pecado. Santiago así lo enseña al decir “y si hubiere cometido”. Pero Santiago nos lleva a auto examinar nuestra vida. Y a confesar nuestros pecados si estos están relacionados con nuestras enfermedades para que podamos ser sanados.
¿Qué significa eso? Significa que muchos de nuestras enfermedades son causadas por nuestros pecados. No todas nuestras enfermedades son causadas por el pecado. Santiago así lo enseña al decir “y si hubiere cometido”. Pero Santiago nos lleva a auto examinar nuestra vida. Y a confesar nuestros pecados si estos están relacionados con nuestras enfermedades para que podamos ser sanados.
v El tercer requisito es mutuo perdón.
V. 16ª
“Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis
sanados.”
Santiago nos recuerda que somos una familia y que en la familia siempre hay roces entre los miembros. Y si esto ocurre debemos confesar nuestras ofensas los unos a los otros para poder ser sanados. ¿Sanados física o espiritualmente? Ambos. El contexto demanda que sean ambos. Santiago ha estado hablando de sanidad física, primeramente. Pero también habla de “sanidad” espiritual cuando habla de que “si hubiere cometido pecados le serán perdonados”. Si un hermano peca contra otro el deber es confesar su pecado para que haya sanidad. Sin confesión no habrá sanidad, no habrá restauración en medio nuestro.
Santiago nos recuerda que somos una familia y que en la familia siempre hay roces entre los miembros. Y si esto ocurre debemos confesar nuestras ofensas los unos a los otros para poder ser sanados. ¿Sanados física o espiritualmente? Ambos. El contexto demanda que sean ambos. Santiago ha estado hablando de sanidad física, primeramente. Pero también habla de “sanidad” espiritual cuando habla de que “si hubiere cometido pecados le serán perdonados”. Si un hermano peca contra otro el deber es confesar su pecado para que haya sanidad. Sin confesión no habrá sanidad, no habrá restauración en medio nuestro.
¿Qué nos quiere
enseñar Santiago respecto a la oración?
III. Que debemos
creer en el poder de la oración
V. 16b “La oración eficaz del justo puede mucho.”
La oración del justo puede mucho. Es decir, tiene mucho poder, puede lograr mucho. Y esto no es para súper santos sino para todo hijo de Dios. Para todo hijo de Dios que busca vivir para El y que con sinceridad busca obedecer su Palabra. Es la oración del justo no la del súper justo.
La oración del justo puede mucho. Es decir, tiene mucho poder, puede lograr mucho. Y esto no es para súper santos sino para todo hijo de Dios. Para todo hijo de Dios que busca vivir para El y que con sinceridad busca obedecer su Palabra. Es la oración del justo no la del súper justo.
Santiago entonces nos da un ejemplo del poder de la oración en la vida de
Elías. V.17-18 “Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las
nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la
tierra por tres años y seis meses. 18. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y
la tierra produjo su fruto”. ¿Quién era Elías? Santiago nos dice: “hombre
sujeto a pasiones semejantes a las nuestras”, es decir, un ser humano como
todos nosotros. Con nuestras mismas debilidades, temores, frustraciones,
depresiones que todos nosotros tenemos. Hermanos, ¡él no logró que en la tierra
no lloviera por tres años y medio por ser profeta! Él lo “logró” por orar
fervientemente. Oró para que no lloviera y oró para que lloviera. Ese es el
poder de la oración.
Dios desea que seamos hombres y mujeres de oración. Que la oración y el
espíritu de oración estén a flor de labios. Que tengamos el espíritu de orar
sin cesar creyendo en el poder de Dios por medio de la oración. Si nosotros
confiáramos más en el poder de la oración oraríamos más. Y recibiríamos más de
parte de Dios. Si recordamos que Jesús con su muerte nos ha reconciliado con el
Padre, y que Él es nuestro Mediador que pone del incienso de su oración con el
nuestro delante de Dios. Si recordamos que Jesús nos llama a orar en su nombre
bajo el poder del Espíritu Santo y que Él nos ayuda en nuestras debilidades
porque no sabemos cómo orar. Si recordamos que Dios es un Dios que escucha
siempre la oración de su pueblo. Que no es una oración con un grado alto de
perfección la que Dios acepta sino una sincera de un corazón que clama como
Pedro: Señor sálvame que perezco. Entonces nos acercaríamos más con fe a orar a
Dios y vivir una vida de oración.
¿Qué nos quiere enseñar Santiago respecto a la oración? Que debemos orar en
cualquier circunstancia, que hay ciertos requisitos a toda oración y que
debemos creer en el poder de la oración.
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